miércoles, 20 de abril de 2011

Anclaje de entidades negativas




En muchas sesiones de limpieza y sanación, encontramos leyendo el registro akashico de una persona que tiene una o varias entidades que llamamos “negativas”, ancladas al aura. ¿Porque se nos anclan estas entidades? ¿Que son? ¿Como nos afectan?
La cosa no tiene mucho misterio, y para decirlo simplemente: nuestro sistema energético no es otra cosa que “comida” para estas entidades.
Yo Superiores “negativos” y entidades del astral
Tanto aquellos Yo Superiores que
no disponen (han desconectado conscientemente) de la fuente de energía “universal” como aquellas entidades del bajo astral que subsisten a base de emociones deben “conectarse” a algo o alguien si desean “mantenerse vivas” (por decirlo de alguna forma). Este “alimento” lo encuentran principalmente en el campo energético que todos emitimos, y que proporciona el sustento perfecto para que una o varias de estas entidades traten de aprovecharse del mismo. Lo que hacen es, una vez enganchadas, generar artificialmente un cierto tipo de emociones negativas en la persona que genere esta energía de la cual se nutrirán.
Ninguna entidad, del tipo que sea, puede anclarse a nosotros si no le damos permiso, por lo que siendo conscientes de ello, podemos evitar en todo momento que se nos enchufen al aura, pero evidentemente esto no es común, y nos encontramos que tenemos una, dos o cinco entidades sin saber como ni porqué les hemos permitido que se anclarán a nosotros.
Permiso durante el sueño
Hay muchas formas en las que estas entidades tratan de engatusarnos para que les permitamos el enganche, entre ellas, disfrazarse de lo que no son: guías, maestros espirituales, ángeles, seres “de luz”, etc., etc. Pueden entrar en contacto con nosotros especialmente durante el sueño, cuando nuestra alma vaga libre por el astral y va “socializando” con otras entidades y seres que nos vamos encontrando por esos planos. El simple hecho de entablar una conversación con algún ente que parece “interesante” y que nos ofrece cualquier cosa a cambio de que luego le permitamos “coger” un poquito de la energía del cuerpo físico, suele ser lo más normal. Es por ello que no comprendemos como se nos ha podido enganchar una entidad negativa, y es que la mayoría de las veces, ocurre mientras dormimos.
Algo a cambio
Sin embargo este anclaje no se hace gratis. Normalmente siempre nos ofrecen algo a cambio. Es muy curioso porque cuando preguntamos que nos ha ofrecido la entidad o que le hemos pedido para dejar que se enganche, salen cosas tan profundas como amor eterno, cariño, seguridad física, etc. Es decir, pedimos cosas que parece que a todos nos faltan en el plano físico, o por lo menos, que no se corresponden como creíamos conocerlas antes de estar encarnados. Al menos, en una lectura, eso nos da una indicación de alguno de los deseos mas profundos del alma, que no tiene porque cuadrar para nada con lo que la mente lógica y racional desea cuando estamos despiertos. Puesto que en el astral no es posible camuflar lo que uno siente, ya que nuestro cuerpo emocional esta completamente a la vista de todos, estas entidades saben muy bien lo que anhelamos profundamente y juegan con ello.
Evitando los enganches
Hay sitios en los que es mas fácil que una entidad nos eche el ojo para luego intentar engancharse que en otros, en los cursos siempre lo comentamos medio en broma, pero no hay mejor lugar para encontrar “comida” que las convenciones y congresos, y reuniones y cursos, de personas y cosas “espirituales”, pues la energía que radian, a priori, suele ser bastante mas alta que en otros sitios, y por ende, es un bocado mas apetitoso (discotecas, conciertos, campos de futbol y otros lugares donde hay concentración masiva de personas completan la lista). Aquellos que son conscientes de ello ya limpian estos lugares antes de este tipo de eventos, pero imagino que no todo el mundo se da cuenta de ello y muchos de nosotros nos vamos a casa con una entidad acechando que tratará luego de que le demos permiso para anclarse a nosotros. En todo caso, antes de iros a dormir, siempre podéis decir “esta noche prohíbo dar permiso a ninguna entidad que me encuentre por muy tentadora que sea su oferta”, y a ver que pasa.



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