LAS CALAVERAS DE CRISTAL

Según la leyenda maya, existen trece Calaveras de Cristal, todas ellas mágicas. Doce de ellas fueron talladas en los doce mundos que en un hipotético pasado, habitó la humanidad, la última, la que activaría las otras 12, fue tallada en la Tierra. Los atlantes se las transmitieron a los mayas, pero acabaron dispersadas por la Tierra.

En el año 1919, Frederick Albert Mitchell-Hedges, un aventurero británico (se especula con que fue en quien se basó Spielberg para crear a Indiana Jones), descubre un área arqueológica en unas ruinas de una ciudad maya a la que se llamó Lubaantun, en Belice. Este aventurero investigaba en aquel lugar con el fin de encontrar alguna evidencia que confirmase la existencia de la Atlántida. Excavó durante años la zona hasta que en 1923, Anna, su hija, mientras curioseaba entre las ruinas vislumbró un destello entre las piedras de la pirámide. Pasaron semanas antes de que lograran averiguar cuál era su origen. Removieron los bloques de piedra y el día 1 de enero de 1924 (día en que Anna cumplía 17 años), recuperaron uno de los objetos más extraños encontrados jamás: una calavera de cristal tallada con una perfección asombrosa. Al alzarla, para verla mejor, los trescientos indígenas que les acompañaban en la excavación se arrodillaron y comenzaron a rezar y besar el suelo.

Una de las trece calaveras, llamada
"Cráneo del Destino" o "Calavera del Destino”, es la más conocida y tiene características muy similares a la de una verdadera calavera humana, como dientes y una mandíbula con movimiento. Fabricada con cristal puro de cuarzo, tanto la mandíbula como el cráneo provienen de la misma roca. Exceptuando pequeñas anomalías, es anatómicamente perfecta, posiblemente la representación de un cráneo femenino debido a su pequeño tamaño, 12,7 cm. de altura, mientras que su peso es de 5 kg. El bloque de cuarzo donde fue tallada, debió de tardar entre 50 mil y 100 mil años en formarse. El cráneo presenta un alto grado de dureza de lo que se deduce que sólo mediante fundición del mineral y utilizando un molde, el tallado con otras piedras preciosas de igual o superior dureza (como el diamante) o un laser podría obtenerse algo parecido. Pero los mayas no poseían la suficiente capacidad técnica como para enfrentarse a semejante empresa.

La leyenda agrega que cuando todas sean redescubiertas y asociadas, les transmitirán a los hombres todo su conocimiento. A su vez nos advierte que eso ocurrirá solamente cuando los hombres sean íntegros moralmente.

Otra interpretación de la leyenda explicaba que las trece calaveras de cristal correspondían con los trece mundos en los que habitaba el ser humano. El último mundo se suponía el nuestro, y por esta razón las calaveras se habían traído por humanos de otros planetas hasta aquí para repartirse por todo el planeta y responder sobre la existencia a través de nuestros aprendizajes. Mientras tanto nos demuestran que todavía nos queda mucho por.

En los últimos años, se han comenzado a realizar eventos alrededor del Mundo, especialmente en el continente americano, todos en fechas simbólicas, donde se juntan expertos en la materia junto con adeptos y curiosos con el fin de organizar charlas, conferencias, poder ver algunas de las Calaveras de Cristal y sobretodo, buscan poder activarlas. El primer gran evento se realizó el 10 de octubre del año 2010 (101010), se denominó "La Leyenda de las 13 Calaveras de Cristal" y se celebró en Nueva York. El siguiente gran evento fue en Los Ángeles el 11 de noviembre de 2011 (11-11-11). En él, se intentaba descifrar la verdad sobre las profecías mayas del 2012. Se definió como una experiencia personal y una oportunidad única para interactuar con algunas de las más significantes y poderosas calaveras de cristal. El 12 de diciembre de 2012 (12-12-12) ha sido la fecha elegida para realizar el próximo gran evento. Parece ser que se realizará en Miami, Estados Unidos, en el Miami Circle, un lugar arqueológico localizado en Brickell Point, Miami y descubierto en 1998 el que se cree fue construido por los Tequestas (tribu nativa americana) y ha permanecido deshabitado durante más de 2.000 años, hasta la llegada de Juan Ponce de León en 1513.